A mediados de los años 1970's se vio un boom en la industria del manga, con la incorporación de nuevos autores que traían nuevas ideas y nuevos formatos de contar historias, haciendo que las ventas de manga subieran marcadamente y alcanzaran grandes niveles de popularidad. Esto, sumado al creciente interés por el anime, creo una asociación muy fructífera en el mundo del entretenimiento japonés.
A medida que pasó el tiempo, las técnicas de manga y también de anime, fueron cambiando, y las temáticas se fueron diversificando al punto que hoy por hoy en Japón se puede encontrar anime y manga para casi todos los gustos y todos los sectores de la sociedad. Desde comedias, hasta dramas, historias en mundos alternativos, ciencia ficción, horror, fantasía, erotismo, política, o suspenso; hasta historias que tratan sobre la vida cotidiana de una persona promedio en Japón, historias para niños o para adultos... hoy por hoy podemos encontrar anime y manga tan diverso que sería difícil intentar abarcar todo el espectro que se nos ofrece.
Anualmente cientos de series llegan a la televisión, o son lanzadas en formato video (DVD, hoy en día) en Japón. Algunas de ellas tienen mucho éxito, otras pasan rápidamente al olvido. El manga, el anime y los video juegos han desdibujado la línea que los separa en muchas circunstancias; y han incorporado a los mismos fans dentro del juego, con la creciente demanda de historias alternativas que se distribuyen casi rústicamente en forma de doujinshi, las cuales abarcan no sólo obras de manga y anime populares, sino también historias paralelas en universos que nada tienen que ver con el manga ni con el anime. Hoy en día se pueden encontrar "historietas japonesas" de Harry Potter, La Guerra de las Galaxias, o incluso historias ficticias acerca de celebridades japonesas (músicos, actores, aidoru -idols-) que se distribuyen a bajo costo en los Comiket (ferias de historietas) que se realizan en las grandes ciudades. Muchos conocidos mangakas (dibujantes de manga) salieron de las filas de los doujinshi-ka. Un ejemplo concurrente es el caso de Minami Ozaki (Zetsuai, Bronze) o del grupo CLAMP (Guerreras mágicas, X)
La industria del manga en Japón es muy vertiginosa y muchos mangaka (dibujantes) han creado pequeñas viñetas en sus obras describiendo lo duro que puede llegar a ser intentar llegar a las fechas límite de publicación, ya que la demanda y la presión son inmensas. Algunos mangaka han incluso llegado a describir su trabajo como "trabajo esclavo". Eso sí, los que han tenido éxito sostenido, son verdaderas celebridades en Japón; y si su obra se ve transportada al anime con éxito, los dividendos generados pueden ser muy atractivos.
En Argentina el fenómeno manga-anime sigue gozando de buena salud, y ha dado lugar a un creciente interés por la cultura japonesa y la forma de vivir en Japón. Muchos jóvenes (y no tan jóvenes) se han acercado a la música japonesa, las artes típicas de Japón, el idioma japonés y las artes marciales, inspirados por las maravillosas historias que leyeron o vieron por televisión y cine. Si bien todavía queda mucho por llegar, el panorama actual es muy alentador, y ha definitivamente acortado la brecha entre dos naciones que parecían más lejanas de lo que verdaderamente eran.
Eso ha sido todo por el momento.
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